En el universo de las empresas tecnológicas, donde la innovación no se detiene y la velocidad de crecimiento se vuelve vertiginosa, uno de los mayores retos no es escalar la tecnología, sino hacer que el desarrollo y el negocio remen en la misma dirección. En teoría, parece lógico. En la práctica, suele ser uno de los principales factores de fricción, cuellos de botella, y en ocasiones, de fracaso.La frase “de nada sirve construir el cohete más rápido si apunta al planeta equivocado” se vuelve dolorosamente real cuando el equipo técnico trabaja a toda máquina, pero sin un norte estratégico com...