Vivimos inmersos en una cultura que premia el “hacer más”, el “ser más productivo” y el “estar siempre disponible”. En entornos laborales exigentes —como el tecnológico y digital— este enfoque se intensifica: cursos de formación continua, nuevas certificaciones, proyectos cada vez más complejos, actualizaciones constantes. En este contexto, la autosuperación parece no tener fin.Pero, ¿y si esa carrera constante no siempre fuera positiva? ¿Y si detenerse, cambiar de dirección o incluso "rendirse" ante ciertos objetivos fuera, en realidad, una forma de avanzar?Desde Sandav, queremos invitar a un...